APROME CREE EN EL SAP

El principal enemigo está en casa. (Karl Liebknecht)
Domingo, 4 de agosto de 2002
AÑO XIV. NUMERO 4.627.



El 'intercambiador' de hijos

En nuestro país hay abiertos 33 puntos de encuentro en donde padres y madres separados cumplen el régimen de visitas

ROSA M. TRISTAN

MADRID.- Barak lleva la frustración pintada en la mirada y un rictus de dolor en la mueca. Su hijo, de siete años, le ha rechazado.Hoy no quiere jugar con él. Para Barak, llegado de un lejano país, a 4.000 kilómetros de distancia de Madrid, la frase del niño ha sido una puñalada dirigida por la madre. «No quiero estar contigo», soltó Hassan (nombre ficticio) cuando le vio.

Durante toda la mañana, las dos psicopedagogas del Punto de Encuentro, y su directora, Marisa Sacristán, intentan reconducir la situación.Y no es nada fácil. «Cinco años luchando por verle, por poder participar en su educación. Ya no puedo más», explica Barak al borde de la renuncia absoluta. «Soy catedrático en mi país y tengo mi familia allí, pero es mi hijo, y le quiero. A cambio, recibo denuncias falsas y odio hacia mi persona volcado en Hassan.Y sólo tengo un mes al año para estar con él».

Rodeado de juguetes, el pequeño Hassan construye un aeropuerto de plástico, mientras el personal del Punto de Encuentro logra que su padre no tire la toalla y le abandone para siempre.

A lo largo del último año, pisos como éste, subvencionados por las administraciones públicas, han proliferado por todo el país. Hoy son 33 y su número no deja de crecer mes a mes. Su objetivo: ser el lugar donde padres separados cumplen con el régimen de visitas de sus hijos con su ex pareja sin necesidad de verse la cara. Situaciones de conflicto, con o sin violencia, en las que la entrega y recogida de los niños a la otra parte es un viacrucis que un equipo de psicopedagogos y trabajadores sociales hace más fácil.

El apoyo a este nuevo recurso, cuya primera experiencia se puso en marcha en Valladolid hace ya seis años, va en aumento. Ya es una de las medidas incluidas en el II Plan contra la Violencia Doméstica del Gobierno y uno de los proyectos prioritarios en las subvenciones que, a cargo del 0,5% del IRPF, ha concedido el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales este año.

«Hasta ahora, en casos problemáticos, el intercambio se hacía en comisarías o juzgados, pero ahora son pisos con personal especializado donde los hijos pueden tener relaciones con sus padres con tranquilidad», explica la directora del Instituto de la Mujer, Pilar Dávila.

Tranquilidad, sí. Pero con disgustos. Barak, unos días antes, estaba feliz. «Es maravilloso tener un lugar como éste para ver a mi hijo y jugar con él», dijo la primera vez que pisó el Punto de Encuentro de la asociación Aprome en Madrid, subvencionado por el Ayuntamiento de la capital.

En su caso, fue el juzgado de familia el que fijó en la sentencia que padre e hijo se reunirían allí, la misma vía que sigue el 47% de los que visitan estas casas.

La primera cita sería vigilada, pero luego podría llevarse al niño a la vivienda que ha comprado para su estancia en Madrid.«La mayoría de las visitas no son vigiladas por nuestro personal.Si no, sería imposible cumplir con el servicio porque hay mucha demanda. En Valladolid atendemos 200 intercambios a la semana.Imagina», explica Marisa Sacristán, que acaba de inaugurar otros dos puntos en los municipios madrileños de Las Rozas y Fuenlabrada.

Como presidenta de la Federación Nacional de Puntos de Encuentro (FEDEPE), esta entusiasta mujer considera «imprescindible» que locales como éstos existan en todas las ciudades a partir de los 20.000 habitantes y a menos de 50 kilómetros unos de otros.«Cuesta mucho que un juez elimine un régimen de visitas, aún en casos de malos tratos, sí que es imprescindible. Si vemos que el trato con los menores de su progenitor no es adecuado y no mejora, informamos al juzgado».

En la actualidad, el 47% de los casos que atienden se debe a la existencia de conflicto, en los que se incluye el 18% de hijos de mujeres alojadas en casas de acogida y, por tanto, escondidas del agresor que deben ver sus hijos. Otro 14% son situaciones en las que los servicios sociales han retirado la tutela de los menores y están acogidos por otras familias. El 7% proceden de padres con problemas de adicción a las drogas o al alcohol y otro tanto se reparte entre los hijos con riesgo de ser secuestrados por una parte y las denuncias de abusos sexuales.

A estas variopintas situaciones, Sacristán añade que uno de cada cuatro niños sufre el llamado Síndrome de Alienación Parental.«Es lo que ha pasado con el hijo de Barak, que su madre intenta eliminar de la mente del niño a su padre, hasta que llega a odiarlo.Suelen ser madres -hoy son quienes tienen la tutela en casi todos los casos- con una protección patológica de los hijos, y los menores se agarran a quien vive con ellos, generando un problema que, si no se ataja a tiempo, es grave».

En cada comunidad autónoma la vía para acudir a los Puntos de Encuentro varía, así como sus horarios. Los siete de Galicia, por ejemplo, sólo abren en fin de semana; en Valladolid, la demanda puede ser de un particular, que conoce el servicio; en Madrid, sólo se derivan del juzgado o los servicios sociales municipales; y en las islas los usuarios habituales suelen ser turistas europeos.

El perfil general, según los datos de Aprome, es el de un progenitor separado, con estudios primarios, asalariado y que, en más de la mitad de los casos, tiene un sólo hijo. Además, suelen ser las madres las que contactan con el servicio y sólo en un 3% de los casos se pidió por mutuo acuerdo entre ambos.

A LA ATENCION ROSA M. TRISTAN

Tras el artículo escrito por usted y publicado por el periódico "EL MUNDO", esta plataforma quiere transmitirle su más sincero pesar por la realización y publicación del mismo.
La PLATAFORMA LUNA denuncia públicamente que en los puntos de encuentro de la geografía española, pertenecientes a diferentes asociaciones sin ánimo de lucro, aunque a cargo del Estado y la contribución de todos los españoles cobran al año alrededor de 600.000€ de subvenciones, se están aplicacion medidas coercitivas tanto en madres como en hijos para llevar a cabo el cumplimiento del regimen de visitas que los juzgados trasladan a estos centros.
Ni los informes son reales ni APROME, ni la sra. Sacristan trasladan fielmente la situacion de los casos que se les derivan.
Es curioso que cuando se hace un reportaje, artículo de estos sitios nos presentan siempre al pobre padre desamparado, al que por supuesto estos centros defienden y protegen por encima de cualquier otra persona.
¿Por qué no le piden opinión a la madre del hijo de este señor?¿Por qué la Sra. Tristán no se ha leido alguno de los documentos e intervenciones de esta plataforma y las ha trasladado a la redacción de su periódico?
La Sra. Tristán debería haber cotejado esa información que da. Debería saber que gracias a la Sra. Sacristán y sus vasallos, muchos hijos en este país están siendo separados de sus madres por la aplicacion de un síndrome inexistente y a todo extremo alegal, que subjetivamente aplica ella y l@s psicólog@s judiciales.
¿Por qué no cuenta la Sra. Tristán que se están vulnerando órdenes de alejamiento todos los días en los puntos de encuentro?¿Por qué no contrasta la información que recibe e invisibiliza a las madres y a l@s hij@s de su artículo?
Quizá el hijo de este señor catedrático que asiste al pef a buscar a su hijo (hecho éste que ya le define, puesto que es sabido que estos centros OBLIGAN A LOS NIÑOS A ESTAR CON QUIEN NO QUIEREN), es feliz con su madre, en su mundo, con sus amigos, en la vida que lleva once meses al año y que por decision propia no quiere cambiar durante un mes entero su modo de vida. Claro se me olvidaba que según este tipo de padres y la Sra. Sacristán, la Sra. Val, la Sra. Rodriguez,etc, etc, etc.... nuestros hijos no saben lo que quieren y son influenciados por nosotras sus madres. Pero que si la tortilla da la vuelta y entonces no quieren venir con nosotras es porque entonces sí saben lo que les conviene.
"Por sus obras les conoceréis"

Sra. Rosa M. Tristan
a usted le dirijo esta pregunta:
¿es usted madre?
porque si es asi, no deberia llamarsele de ese modo, una madre es una persona que defiende a su hij@ con su propia vida si es necesario, una madre maltratada tarda en denunciar al agresor por miedo a las continuas amenazas que este le hace no ya a ella, porque su propia vida durante su maltrato le importa bastante poco, sino la amenazas que recibe hacia su hijo.
y si estas madres se deciden a denunciar y a HUIR (si a huir es el termino correcto) con sus hijos, no es porque les tengan odio y empleen a sus hijos como castigo a eso maltratadores como usted a expuesto con distintas palabras en su publicacion, sino porque lo unico que les queda en la miserable vida que les a dejado esa persona sin escrpulos es su hijo y lo defenderan con uñas y dientes, muchas de nosotras esas pobres mujeres maltratadas como nos llaman en tv, periodicos y demás, cuando denunciamos no es por liberarnos nosotras sino que pedimos ayuda para proteger a nuestros hijos que tambien han comenzado a sufrir maltrato de "ese pobre progenitor"(como usted los llama) y esperamos que las autorides competentes nos ayuden a ello, pero no es asi, nos venden los puntos de encuentro como el paraiso donde nuestros hijos estaran protegidos y tambien nosotras de los maltratadores y que si nuestros hijos no quieren asistir se suspenderan las visitas, pero NO es asi , sucede cuando nuestros hijos por miedo no quieren asistir se les amenaza coacciona y obliga a asistir bajo la presion de no volver a ver a la unica persona con la que ellos se sienten seguros, esa "madre demasiado protectora" que se lanza a interponerse en la trayectoria del golpe que ese llamado padre intenteba prpinarle a su hijo que en ocasiones todavia ni siquiera andaba debido a su edad.
asi que ahora le digo yo a usted que haga el favor de informarse, antes de darle mas coba a estos desalmados (tanto padres comno trabajadoras de los puntos de encuentro la mayoria sin titulacion cosa que usted escribe a ala inversa en su articulo) y no nos ponga a nuestros hijos y a nosotras como las malas de la pelicula pues ya tenemos suficiente con haber sido maltratadas por padres y juzgados como para que los medios de comunicacion tambien nos martiricen sin contrastar si quiera un minimo de informacion.