HACE AÑOS QUE GUARDO ESTE RECORTE DE PERIÓDICO.....ME GUSTARÍA QUE SI ALGUIEN TIENE INFORMACIÓN AL RESPECTO SE PUSIESE EN CONTACTO CONMIGO...ME HUELE A SAP....

Diario SurSUR.es
MÁLAGA

La policía reduce a una mujer que intentó quemarse a lo bonzo
La joven, de 29 años, se roció la ropa con gasolina y trató de prenderse fuego en un lateral de los juzgados civiles. Sostenía un retrato de su hijo, cuya custodia había perdido

TENSIÓN. La mujer, durante la conversación con los agentes. / SUREnfiló la calle Duquesa de Parcent con una lata de gasolina de cinco litros en una mano, el retrato de su hijo en la otra y un mechero en el bolsillo. Cuando llegó a un costado del edificio de los juzgados civiles, empezó a rociarse el cuerpo con el combustible. Hizo dos intentos. Pero el encendedor no prendió y la policía llegó a tiempo para reducirla.

Ayer, una joven de 29 años, española, trató de quemarse a lo bonzo en Málaga capital. Un día antes, falleció en un hospital el hombre de nacionalidad rumana, que se prendió fuego el 4 de septiembre frente a la Subdelegación del Gobierno de Castellón.

A ambos les empujó la desesperación. La mujer decía que había perdido la custodia de su hijo. El inmigrante tomó ese camino para protestar por la falta de ayudas, que le impedía obtener los 400 euros necesarios para el billete de avión de regreso a Rumanía.

Llegó a los juzgados sobre las 8.45 horas y comenzó a impregnarse la ropa con gasolina. Un obrero que se encontraba en la zona y que se percató de sus intenciones se acercó a ella y le quitó la lata de combustible de las manos. «Le dio tiempo a echarse la mitad de la garrafa», comentó un testigo.

El extintor, por si acaso

Un mecánico de un taller de la calle Duquesa de Parcent se apresuró a coger el extintor y se apostó junto a la mujer por si llegaba a prenderse fuego. «Lo intentó en dos ocasiones, pero tenía un mechero de clip, no de piedra, y le falló las dos veces», apuntó el trabajador.

Entre tanto, el albañil avisó a los guardias civiles que custodian el edificio de los juzgados. Uno de los agentes salió a la calle para convencerla de que no llevara a cabo su propósito. Y lo consiguió. Su intervención fue crucial para ganar tiempo y evitar la tragedia.

En cuestión de minutos, la Policía Local y la Nacional tomaron la zona. La calle Duquesa de Parcent se cortó al tráfico como medida preventiva mientras los agentes negociaban con la mujer, que sostenía en todo momento el retrato de su hijo. Seguía amenazando con prender fuego a sus ropas empapadas de gasolina.

Mientras conversaban con la joven, un policía local se aproximó a ella con sigilo. Pudo acercarse lo suficiente para, en un gesto rápido, quitarle el mechero de las manos. El principal peligro había pasado. Otro policía nacional se aproximó a la mujer y la redujo, abrazándola. La situación quedó definitivamente controlada.